Una aventura compienza por el principio, siendo el primer paso el más difícil por el valor que requiere darlo. La motivación necesaria para encontrar ese empujón inicial que pueda implantar un hábito con disciplina es más o menos fácil localizarlo, basta con levantar la mirada y ser consciente de lo verdaderamente importante, y que eso mismo te lleve a querer potenciarlo al infinito.
Como ese bichito que trepa por el sofá para montar a caballito, que repite con media lengua lo que escucha incluso bajito, que se maravilla con lo "sigante" que es un elefantito.. todo muy chiquitito, pero a la vez lo más grande... lo más "sigante".
Esto acaba de comenzar, está todo por hacer y basta con pensarlo para sonreir. Vamos sigante.